El Guinda
No hablemos de cosas grandes; vivámoslas
S. Cipriano
S. Cipriano
Si
seguís este blog, en la entrada anterior, cuento como el día 23 de enero, tuve
el honor de vivir una “sincronicidad” o “diosidencia” (Dios hace las cosas, que
decían en mi pueblo), y fue encontrarme con Charo, antigua compañera y siempre
amiga, que me comunicó la buena nueva, que Joaquín Díaz, le dedicaba el editorial de la revista de su fundación a
Ángel Carril; pero no para ahí la cosa, ya que un día o dos después, apareció,
sin buscarla, la foto, que ilustra esta entrada. Es de Corpus de 1998 y en ella
aparece Sebastián Luis, “El Guinda”, lo cual dio pie, a que preparara esta
entrada, después de la de Ángel Carril, en honor a él, haciendo notar, que no
soy experto en folclore, ni nada por el estilo; pero si aprecio, lo bueno y
diría casi, “lo sagrado”, que se descubre con la mística, la cual nos imaginamos,
que la viven los monjes, en sus monasterios y sus contemplaciones, al estilo de
San Juan de la Cruz o Santa Teresa de
Jesús; pero a la que yo me refiero es a la que se vive en la procesión de
Corpus, o en la minerva de La Alberca (Salamanca), que mientras se entona el “Pange Lingua gloriosi”, un tamboril, a la puerta de la iglesia suena. Mística hay
en el ofertorio del 15 de Agosto a la Virgen de la Asunción, en la plaza del
mismo pueblo, en que “las danzas”, que interpretan los jóvenes, están dirigidas
por un tamborilero. Esa mística, se extiende por nuestros pueblos y
tradiciones. No dejemos que se pierda.
Copio
una parte de la cita inicial, de la anterior entrada dedicada a Ángel Carril: “«La
religión católica siempre distinguió entre dos formas de espiritualidad capaces
de elevar al ser humano por encima de las cosas. El misticismo, acentuando la
negación de aquellas mismas cosas y utilizando la mente para penetrar directamente
en esa “niebla en que se cierne la
divinidad”, según palabras de Dionisio Cartujano, y el ascetismo,
utilizando el esfuerzo personal”. En el caso del “Guinda”, la
mística está en los maravillosos sones, que salían de su gaita y tamboril y el
ascetismo, el trabajo duro, que era necesario hacer, en la dura vida de la
Sierra. El tamboril, no daba para vivir.
Poco
más puedo añadir, salvo volver a copiar un pequeño párrafo de la entrada
anterior: Aquí realmente se cumple el “ora et labora” de san Benito, no al
estilo de los monjes, sino al estilo de alguien que trabaja duro y sin darse cuenta está orando al tocar el tamboril.
En Internet, hay muchas páginas dedicadas a
Sebastián Luis, sólo cito dos: el Blog de Isidro Barcala del Castillo La
Alberca y sus tradiciones y un emotivo artículo de José Ramón Cid Cebrián,
en el blog El
rincón de Jarramplas y un servidor, ha realizado un vídeo en Youtube , vídeo
artesanal, con la foto que muestro más arriba y vídeos antiguos, de los ochenta,
así como otras fotos de mi cosecha, y otra que “he guindado” a Isidro Barcala
de su blog y por supuesto, el sonido “místico” del “Guinda”
Esperemos que su memoria
perdure
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