domingo, 3 de febrero de 2019


El Guinda

No hablemos de cosas grandes; vivámoslas
S. Cipriano


Si seguís este blog, en la entrada anterior, cuento como el día 23 de enero, tuve el honor de vivir una “sincronicidad” o “diosidencia” (Dios hace las cosas, que decían en mi pueblo), y fue encontrarme con Charo, antigua compañera y siempre amiga, que me comunicó la buena nueva, que Joaquín Díaz, le dedicaba  el editorial de la revista de su fundación a Ángel Carril; pero no para ahí la cosa, ya que un día o dos después, apareció, sin buscarla, la foto, que ilustra esta entrada. Es de Corpus de 1998 y en ella aparece Sebastián Luis, “El Guinda”, lo cual dio pie, a que preparara esta entrada, después de la de Ángel Carril, en honor a él, haciendo notar, que no soy experto en folclore, ni nada por el estilo; pero si aprecio, lo bueno y diría casi, “lo sagrado”, que se descubre con la mística, la cual nos imaginamos, que la viven los monjes, en sus monasterios y sus contemplaciones, al estilo de San Juan de la Cruz  o Santa Teresa de Jesús; pero a la que yo me refiero es a la que se vive en la procesión de Corpus, o en la minerva de La Alberca (Salamanca), que mientras se entona el “Pange Lingua gloriosi”, un tamboril,  a la puerta de la iglesia suena. Mística hay en el ofertorio del 15 de Agosto a la Virgen de la Asunción, en la plaza del mismo pueblo, en que “las danzas”, que interpretan los jóvenes, están dirigidas por un tamborilero. Esa mística, se extiende por nuestros pueblos y tradiciones. No dejemos que se pierda.
Copio una parte de la cita inicial, de la anterior entrada dedicada a Ángel Carril: “«La religión católica siempre distinguió entre dos formas de espiritualidad capaces de elevar al ser humano por encima de las cosas. El misticismo, acentuando la negación de aquellas mismas cosas y utilizando la mente para penetrar directamente en esa “niebla en que se cierne la divinidad”, según palabras de Dionisio Cartujano, y el ascetismo, utilizando el esfuerzo personal”. En el caso del “Guinda”, la mística está en los maravillosos sones, que salían de su gaita y tamboril y el ascetismo, el trabajo duro, que era necesario hacer, en la dura vida de la Sierra. El tamboril, no daba para vivir.
Poco más puedo añadir, salvo volver a copiar un pequeño párrafo de la entrada anterior: Aquí realmente se cumple el “ora et labora” de san Benito, no al estilo de los monjes, sino al estilo de alguien que trabaja duro y sin darse cuenta está orando al tocar el tamboril.
En Internet, hay muchas páginas dedicadas a Sebastián Luis, sólo cito dos: el Blog de Isidro Barcala del Castillo  La Alberca y sus tradiciones  y un emotivo artículo de José Ramón Cid Cebrián, en el blog  El rincón de Jarramplas  y un servidor, ha realizado un vídeo en Youtube , vídeo artesanal, con la foto que muestro más arriba y vídeos antiguos, de los ochenta, así como otras fotos de mi cosecha, y otra que “he guindado” a Isidro Barcala de su blog y por supuesto, el sonido “místico” del “Guinda”

Esperemos  que su memoria perdure

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