viernes, 3 de febrero de 2017

¿Por qué la luz no dobla las esquinas?
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“Habéis empujado hacia mi estas palabras.
Me habéis amurallado
para que me acostumbre.
Pero aunque ahora no pueda
ni intente dar un paso,
ni siquiera proyecte fuga alguna,
ya sé que es por allí
por donde quiero ir,
sé por dónde se va.
Mirad, os lo señalo:
Por aquella ranura de poniente”

CARMEN MARTÍN GAITE

Esquinas, fragmentos y otras fisuras luminosas
          Este es el título del tercer capítulo del libro, con el que termina la primera parte: El paisaje con la luz del alba.

         “Cada época y situación histórica tiene sus palabras afortunadas… harto sugerentes,… que nos descubren el pensar y, sobre todo el sentir de amplios sectores sociales…” Así comienza este capítulo. Y más adelante afirma el autor “En la actualidad todo es más vertiginoso… nos movemos en el espacio de la “posmodernidad”. Todo es posmoderno, con la ambigüedad del concepto y de las actitudes que conlleva… La clave, dicen está en vivir el presente… Todo está permitido. No hay certezas absolutas, el pensamiento es débil, no hay sorpresas, ¿para qué asombrarse?... Nada de tragedias, nada de saberes. Apología sin vehemencia del desencanto, de la apatía, de la ignorancia, de lo inmoral, de la increencia… “Apunta Solórzano a los jóvenes; pero en la página 27 afirma que no son ellos su preocupación, pues ellos sabrán ver  y esto lo digo yo, la rendija por donde penetra la luz, que Carmen M. Gaite apunta en la cita inicial. Su preocupación es la generación intermedia, de los 35 a los 55, aunque teniendo en cuenta que este libro está escrito a principios de los 90, muchos de esa franja, estamos ya jubilados y muchos jóvenes de entonces, se han incorporado a ella. De esta generación afirma: “¿Qué les queda de aquella formación humana y educación cristiana que recibieron?, ¿Quién les para su apetito voraz de poder, dinero y vanidad?... Quizá se dieron demasiadas respuestas en “exceso clarividentes y contundentes” y ahora estemos pagándolo” Recuerdo una frase, y esto lo digo yo, que leí en un libro de E. M. Lozano “Ahora que conocemos las respuestas, nos han cambiado las preguntas”.

         Termina este breve capítulo con el siguiente párrafo: “El hombre no entra en la vida con capacidad de responderlo todo. Tiene necesidad de “claves”. Por mi parte pienso que la mayoría de las claves que propone el cristianismo permiten descifrar el sentido último de la vida al hombre que soy. Y sobre todo, estas claves no solo me permiten descifrar; me permiten vivir.

         No voy a ser tan pretencioso como para responder a tantos interrogantes formulados. Sólo deseo ser un chispazo de luz en la nube del desconocimiento de lo dominicano, y preguntarme si aún tenemos algo que ofrecer a partir de aquel relato de luz resucitada, origen de una nueva humanidad, que comenzó con el fragmento y fisura luminosa al agrietarse la piedra encubridora aquella lejana mañana de Pascua

         Yo creo que sí. Ayer celebrábamos la fiesta de las Candelas en la que “La Luz se le mostró a las gentes”, Luz que sí dobla las esquinas.


1 comentario:

  1. Hemos vencido a la angustia,
    y con desnudez total,
    sin temores inviolados,
    dejando atrás una vida ardua
    apurando el brillo del silencio
    flor ,
    ser,
    luz
    el dolor no cabe,
    la tristeza no existe.
    Comentario enviado por correo electrónico por Isaura Díaz de Figueiredo

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