¿Por qué la
luz no dobla las esquinas?
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“Habéis
empujado hacia mi estas palabras.
Me
habéis amurallado
para que
me acostumbre.
Pero
aunque ahora no pueda
ni intente
dar un paso,
ni siquiera
proyecte fuga alguna,
ya sé
que es por allí
por donde
quiero ir,
sé por
dónde se va.
Mirad,
os lo señalo:
Por aquella
ranura de poniente”
CARMEN
MARTÍN GAITE
Esquinas, fragmentos y otras fisuras luminosas
Este es el título del tercer capítulo del
libro, con el que termina la primera parte: El paisaje con la luz del alba.
“Cada época y situación histórica tiene sus
palabras afortunadas… harto sugerentes,… que nos descubren el pensar y, sobre
todo el sentir de amplios sectores sociales…” Así comienza este capítulo. Y
más adelante afirma el autor “En la
actualidad todo es más vertiginoso… nos movemos en el espacio de la “posmodernidad”.
Todo es posmoderno, con la ambigüedad del concepto y de las actitudes que
conlleva… La clave, dicen está en vivir el presente… Todo está permitido. No
hay certezas absolutas, el pensamiento es débil, no hay sorpresas, ¿para qué
asombrarse?... Nada de tragedias, nada de saberes. Apología sin vehemencia del
desencanto, de la apatía, de la ignorancia, de lo inmoral, de la increencia…
“Apunta Solórzano a los jóvenes; pero en la página 27 afirma que no son ellos
su preocupación, pues ellos sabrán ver y
esto lo digo yo, la rendija por donde penetra la luz, que Carmen M. Gaite apunta en la cita inicial. Su preocupación es la
generación intermedia, de los 35 a los 55, aunque teniendo en cuenta que este
libro está escrito a principios de los 90, muchos de esa franja, estamos ya
jubilados y muchos jóvenes de entonces, se han incorporado a ella. De esta generación
afirma: “¿Qué les queda de aquella
formación humana y educación cristiana que recibieron?, ¿Quién les para su
apetito voraz de poder, dinero y vanidad?... Quizá se dieron demasiadas
respuestas en “exceso clarividentes y contundentes” y ahora estemos pagándolo”
Recuerdo una frase, y esto lo digo yo, que leí en un libro de E. M. Lozano “Ahora que conocemos las
respuestas, nos han cambiado las preguntas”.
Termina
este breve capítulo con el siguiente párrafo: “El hombre no entra en la vida con capacidad de responderlo todo. Tiene
necesidad de “claves”. Por mi parte pienso que la mayoría de las claves que
propone el cristianismo permiten descifrar el sentido último de la vida al
hombre que soy. Y sobre todo, estas claves no solo me permiten descifrar; me
permiten vivir.
No voy a ser tan pretencioso como para
responder a tantos interrogantes formulados. Sólo deseo ser un chispazo de luz
en la nube del desconocimiento de lo dominicano, y preguntarme si aún tenemos
algo que ofrecer a partir de aquel relato de luz resucitada, origen de una
nueva humanidad, que comenzó con el fragmento y fisura luminosa al agrietarse
la piedra encubridora aquella lejana mañana de Pascua”
Yo creo
que sí. Ayer celebrábamos la fiesta de las Candelas en la que “La Luz se le
mostró a las gentes”, Luz que sí dobla las esquinas.
Hemos vencido a la angustia,
ResponderEliminary con desnudez total,
sin temores inviolados,
dejando atrás una vida ardua
apurando el brillo del silencio
flor ,
ser,
luz
el dolor no cabe,
la tristeza no existe.
Comentario enviado por correo electrónico por Isaura Díaz de Figueiredo