Una ojeada al libro “Sincrodestino”, de Deepak
Chopra
Concretamente al capítulo 6
Derrama
Señor tu gracia a nuestro atribulado corazón, para los que hemos conocido la
encarnación de Jesucristo, nuestro Señor, seamos librados de las tristezas de
ahora y confortados con la esperanza de que Tú vas con nosotros, pase lo que
pase. AMEN
Me voy a limitar a
transcribir, lo escrito en unas hojas, que he encontrado en dicho libro, con la
oración, que encabeza estos apuntes, escritas, como la que me inspiró la anterior
entrada al final del confinamiento, concretamente el 12 de junio de 2020, día
de San Juan de Sahagún. La desolación, del encierro, que decretó el gobierno y
la pandemia, comenzaba a diluirse; pero persistía. Concretamente ese día, era
la fiesta del patrón de Salamanca, desde donde escribo y no había nada, ni
procesión, no misa solemne en la catedral…sólo “esperanza” de que las cosas
mejoraran y que al año siguiente, volviéramos a la normalidad. En este contexto
escribía las notas que a continuación expongo.
El título del capítulo es:
Quinto principio: Aprovecha las turbulencias emocionales.
Comienza el capítulo así: “Cuando entendemos que la realidad externa no
puede separarse de la realidad interna, que el Universo es en realidad nuestro
propio cuerpo extenso, resulta evidente que la energía negativa que está en
nuestro interior es destructiva. La turbulencia emocional es uno de los
principales obstáculos para el cumplimiento espontáneo de los deseos; sin
embargo, es posible transformar la energía negativa en un nivel más elevado de
conciencia”
Da por hecho que hemos
eliminado las turbulencias del resentimiento, aflicción, hostilidad y culpa, al
repetir el Sutra: “Mosksba” (soy emocionalmente libre), cosa que particularmente niego
en mi experiencia particular, pues ni he
repetido el Sutra, ni he hecho meditación, sino todo lo contrario y ahora
quiero poner una nota al respecto: Está muy bien todo eso; pero estos libros,
no cambian la vida, a no ser que te lo tomes tan en serio, que no hagas otra
cosa que estar haciendo meditaciones y repitiendo los sutras las 24 horas del
día. Sin embargo, si se ha conseguido llenar aunque sea por una hora, el vacío
existencial, como me llenó a mi aquella mañana del 12 de junio del año pasado,
bienvenidos sean. Y seguimos:
Copio literalmente de la
hoja: ¿Estoy libre de esos resentimientos, aflicción, hostilidad y culpa? La
respuesta es no; por eso lo primero que tendría que hacer es liberarme de esas
taras. Es necesario; pero tal vez no suficiente liberarnos de todo eso, además
del engreimiento, del egoísmo y del auto conmiseración; pero ¿cómo? No vale
pensar “me libro” y ya está. Otros lo han conseguido en peores circunstancias.
Debe haber algún resorte, alguna casilla inicial, que inicie el proceso, como
en el sudoku. Si no conseguimos esto, es inútil seguir leyendo. A pesar de
ello, sigo, en la página 186, pues puede que encuentre ese “resorte”
Hay dos emociones básicas:
el amor (fuente del placer, según el
ego) y el miedo (fuente del dolor,
según el ego) Si hay equilibrio entre ambos, estamos bien; pero si se rompe ese
equilibrio o aparece la turbulencia,
esto es peligroso, porque nos desconecta
de la sincronicidad.
El dolor es inevitable, no hay que ignorarlo; por lo que es necesario
controlarlo, a lo que el libro dedica un apartado en la página 188, en donde
recomienda diez minutos de meditación guiada
y también hay otro ejercicio dedicado a la “Comunicación no violenta”, en la página 191 basado en el excelente
libro, que se puede encontrar en internet en PDF, de Marshall Rosenberg, titulado “Comunicación no violenta” Puedo
contaros, que antes de la pandemia, asistí a un curso, sobre este tema
organizado por el teléfono de la esperanza, basado precisamente en este libro y
fue sumamente interesante.
Y no quiero cansaros más. Gracias
por haber leído esto, pues tal vez sea el “resorte”, para alguien; pero siendo
más humildes, con que sea llenar unos minutos del vacío, no está nada mal. En
cualquier caso. La oración inicial, interiorizada con confianza, es la mejor arma para nuestras
turbulencias