Música “Homeopática”
Después del parón del
verano, estoy pensando retomar el blog y no sé por dónde hacerlo. Hoy 24 de
Agosto, me veo sumido en un estado triste y melancólico, en “tarde oscura” y
abro el libro “Las noches oscuras del
alma” de Thomas Moore, por donde lo dejé hace un mes, más o menos y leo en
la página 300: “El adagio para cuerda de Samuel Barber es un pieza del siglo XX que
evoca emociones melancólicas y describe la dinámica del dolor y el sufrimiento”.
Aquí está. Escuchen:
Habla también el autor del compositor
John
Dowland y de su obra “Semper Dowland Semper Dolens”, cuyo
enlace de YouTube es:
Por supuesto habla también de la canción “Amazing
Grace”, de J. S. Bach con la
Pasión
según San Mateo, de, de Willie Nelson cantando Blue
Skies y de Lighning Hopkins evocando blues con su guitarra. Estos son los
enlaces respectivamente:
Termina el apartado con este párrafo: “[estos autores e
intérpretes] son capaces de evocar
imágenes de gran magnitud que vibran desde lo profundo de su inspiración. Así
ofrecen un remedio homeopático y confieren una profunda dimensión a un estado
depresivo personal y ordinario. Esa intensificación de la experiencia es en sí
misma un paso en el proceso de sanación”
Naturalmente estos son unos ejemplos que cita Thomas
Moore en este libro; pero la música tiene infinidad de obras, intérpretes y
autores, que pueden ir en esta línea. A mí se me ocurre ahora algunos obras de canto gregoriano, como el “Dies
Irae”, los “Stábat Mater”, Las canciones populares españolas de postguerra,
cantos religiosos, dedicados a la Pasión o a la Virgen de los Dolores, como la “Salve
Mar de Penas”, que se canta en
el Viernes Santo y en su fiesta de Septiembre, en la Alberca (Salamanca) y que
si no se pone remedio acabarán perdiéndose. Etc…
Y en eso estamos, profundizando en el alma, con estas
melodías, que profundizan en ella, para un día renacer y que la luz de paso a
la oscuridad; pero con paciencia, dejando a la tenue luz que poco a poco se
vaya intensificando.